Alcanzando sueños: la oportunidad de Sara Carrillo en Estrella Azahara
¿Puede una persona de un barrio en riesgo de exclusión social lograr el trabajo de sus sueños? Rotundamente la respuesta es sí. Y, en mi caso, es gracias a Estrella Azahara. Indudablemente, esto supone un gran esfuerzo y un arduo camino. Como suele decirse “para demostrar algo, mejor hacerlo con hechos”, así que os invito a que conozcáis mi historia. Mi nombre es Sara Carrillo Tejero y vivo en Las Palmeras desde que nací.
Con respecto a mi formación, he estudiado el Grado en Educación Primaria mención en Necesidades Educativas Especiales obteniendo un total de 12 Matrículas de Honor y siendo galardonada por la Sociedad Española de Excelencia Académica como uno de los mejores expedientes de nuestro país. También, he realizado un Máster en Educación Inclusiva recibiendo 6 Matriculas de Honor y el Premio Extraordinario de Fin de Máster por ser la número uno de mi promoción en la Universidad de Córdoba. Actualmente, curso un Máster en Actividad Física y Salud y mi nota media es de un 9’7.
Pese a tener un expediente enmarcado en los parámetros de la excelencia académica mi vida escolar y laboral ha sido muy compleja. En cuanto a los estudios, a parte de la carga que conlleva ser estudiante (clases, trabajos, exámenes, etcétera) en mi mochila había un peso más. Una cadena de la que es difícil de deshacerse: la discriminación y el estigma social. Por el mero hecho de vivir en Las Palmeras he sufrido una serie de barreras externas que han repercutido negativamente en mí. Entre las barreras externas a las que me he enfrentado destaco las bajas expectativas hacia mí y mi futuro; y el acoso escolar o bullying. Esto ha repercutido en la construcción de barreras internas como son la baja autoestima, la desmotivación, ideas de abandono, estrés y ansiedad.
No obstante, he conseguido derribar dichas barreras mediante la constancia, el esfuerzo, competir con mis propios logros y, sobre todo, con la ayuda de las personas que siempre me han apoyado y han creído en mí como mi familia. En cuanto al ámbito laboral he conseguido lograr lo que siempre he anhelado, es decir, trabajar en el ámbito de la Educación. De este modo, sirvo de referente para que otros niños y niñas del barrio crean en sí mismos y sepan que, al igual que yo, son capaces de conseguir todo lo que se propongan. Es curiosa la reciprocidad de mi labor ya que yo intento apoyar y ayudar a los niños y niñas para que alcancen sus sueños y, a su vez, ellos me están ayudando a mí a cumplir el mío. Esta bonita y gratificante oportunidad se debe a la labor que hacen las asociaciones en el barrio, concretamente a Estrella Azahara donde me siento parte de una maravillosa familia.
Por tanto, mi suerte laboral cambió cuando una mañana decidí acercarme a la Asociación Estrella Azahara y dejar mi currículum, sabía que ellos no iban a tirarlo a la basura sin ni siquiera leerlo como me había pasado en otras ocasiones por vivir en Las Palmeras. Me recibieron con los brazos abiertos y me ayudan diariamente a crecer tanto de manera profesional como personal. Mis compañeras y compañeros son un regalo para mí, me cuidan, me respetan y me valoran. Ellos me ven con una mirada inclusiva y no con las gafas del estigma social. Y por eso sé de primera mano que son unos grandes profesionales con los que tengo la fortuna de mejorar el barrio diariamente.
Me gustaría hacer un llamamiento a todas las personas que están leyendo este artículo, si has llegado hasta aquí sin duda es porque en ti ha crecido la semilla del amor, la solidaridad y la inclusión. No desperdicies la oportunidad que ofrece Estrella Azahara de hacerte voluntario y vivir esta preciosa experiencia. Ya lo dijo Nelson Mandela: “La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. Y tú ¿Te atreves a mejorar nuestro mundo?
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